Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


1374
Legislatura: 1889-1890 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 27 de enero de 1890
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Cassola
Número y páginas del Diario de Sesiones: 79, 2225-2226
Tema: Interpelación del Sr. Cassola sobre la solución de la crisis ministerial

Ya sabe el Sr. Cassola, con quien he tenido el gusto de hablar con motivo de esta interpelación, que el Gobierno, y sobre todo yo, que he de ser el que conteste a S.S., estaba dispuesto a aceptarla en el acto, como lo estoy ahora también; sabe igualmente que el Gobierno está dispuesto a aceptar todas las interpelaciones que se le dirijan y a no rehuir ningún debate. Pero como presumo que esta interpelación habrá de ocupar mucho tiempo, y, por lo tanto, retardar la discusión de otros asuntos que tenemos pendientes, yo he suplicado esta misma tarde que para dilucidar todas estas cuestiones, y esto es lo que ha de ser objeto de resolución ulterior, o bien se dedique una sesión extraordinaria para discutir estos asuntos, o se aumente en dos horas el número de las sesiones ordinarias. En este concepto, si S.S. quiere explanar hoy la interpelación, yo no veo inconveniente ninguno en ello; pero si hubiere de quedar aplazada para mañana, yo desearía que la interpelación de S.S. entrara, o en la sesión extraordinaria que se haya de celebrar, o en el aumento de horas que ha de acordarse para poder discutir todas las cuestiones pendientes, a fin de no perder el tiempo, como ha sucedido esta tarde. Si a S.S. le parece bien esto, yo se lo agradeceré; si no, estoy dispuesto acceder a los deseos del Sr. Cassola; porque aun cuando esta tarde ha resonado aquí una voz llamando a este Gobierno, Gobierno de guerra, no es así; este Gobierno es Gobierno de paz. Si no es Gobierno de conciliación, que por lo visto era la condición indispensable para que fuera Gobierno de paz, es, a pesar de todo, Gobierno de paz, porque viene a realizar lo que el Gobierno de conciliación hubiera podido hacer, y tiene lo mismos propósitos que habría podido tener un Gobierno de conciliación.

Y como el Sr. Martos, que es la persona que ha pronunciado la frase a que me he referido, es un hombre de ideas, de doctrinas y de principios, claro está que no ha de considerar como enemigo ni como adversario a aquel Gobierno que le realice sus ideas, sus doctrinas y sus principios, cualesquiera que sean los hombres que lo hagan. De manera que en último resultado espero yo que el mismo Sr. Martos, a pesar de no ver aquí un Gobierno de conciliación, como era su deseo, reconocerá que no es un Gobierno de guerra, sino un Gobierno de paz, y sobre todo, un Gobierno que viene a realizar sus propias ideas y sus doctrinas. Pues eso mismo le digo yo al Sr. Cassola, y por consiguiente, estoy dispuesto a acceder a los deseos de S.S., si es que S.S. no quiere acceder a los [2225] míos, que me parecen más lógicos y mejores para la expedición de los trabajos parlamentarios.

Por lo demás, una vez que el Sr. Presidente del Congreso ha quedado en resolver este asunto en las conferencias que celebre con los jefes de las oposiciones, creo que debíamos esperar a que ese acuerdo se tomara; pero si S.S. tiene tal impaciencia que no quiere aguardar a eso, estoy a las órdenes de S.S. [2226]



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL